MI APRECIACIÓN ACERCA DE LA EXPOSICIÓN "EL PEQUEÑO HUKUSAI (Y OTRAS HISTORIAS)", DEL ARTISTA EDUARDO TOKESHI.
La
galería Fórum inauguró el pasado 20 de agosto del 2014, la exposición titulada
“El pequeño Hokusai (y otras historias)”, del artista Eduardo Tokeshi, quien presenta
obras en diversos formatos, dimensiones y técnicas.
EDUARDO TOKESHI (Lima-Perú, 1960)
Artista
visual, con estudios de Arquitectura en la Universidad Nacional Federico
Villarreal (1978-1980), y en la Facultad de Artes en la Pontifica Universidad
Católica del Perú (1981-1986). Actualmente labora como docente en esta última
universidad. Entre los Premios más importantes de su carrera destacan: Primer Premio, II Salón Nacional de Dibujo,
ICPNA(Lima,1986), II Concurso Nacional de Artistas Jóvenes, Southern Perú –
ICPNA (Arequipa, Perú,1987), Mención Honrosa, 27º Festival Internacional de la
Peinture, Château-Musée de Cagnes-sur-Mer, (Cagnes-sur-Mer , Francia ,1995), Primer
puesto, Salón Internacional de Estándares ES96,( Tijuana- México,1996). Ha
tenido la oportunidad de participar en varias bienales de Arte en países como
Chile, Ecuador, Brasil, Cuba Uruguay, Santo Domingo, Puerto Rico, Estados
Unidos, Italia y Francia.
En la actualidad Tokeshi ha venido replanteando su trabajo y ha conseguido reinventarse y dejar atrás aquel arte, que en su caso, más que político, era un arte con responsabilidad social; transmitiendo en aquella etapa (1984–1994) su preocupación e indignación por la violenta coyuntura de aquellos días. El arte de Tokeshi ha evolucionado, a diferencia de algunos artistas que aún en pleno siglo XXI, insisten en la temática política recurrentemente contextualizada en los pasados ochentas o noventas, quienes han convertido su obra en un descarado panfleto político, desfasado e incoherente, algo que en su momento Tokeshi supo tratar con mesura, sutileza y altura, pese a la caótica etapa política y social del Perú que le tocó vivir. Edurado Tokeshi tiene orígenes japoneses, para ser más precisos: Okinawenses, Pero su identidad y su sentir son peruanos, y así lo ha expresado siempre en su obra desde hace varios años, sus memorables instalaciones han sido buena prueba de ello. Actualmente su trabajo se enfoca más en lo personal y lo introspectivo.
En la actualidad Tokeshi ha venido replanteando su trabajo y ha conseguido reinventarse y dejar atrás aquel arte, que en su caso, más que político, era un arte con responsabilidad social; transmitiendo en aquella etapa (1984–1994) su preocupación e indignación por la violenta coyuntura de aquellos días. El arte de Tokeshi ha evolucionado, a diferencia de algunos artistas que aún en pleno siglo XXI, insisten en la temática política recurrentemente contextualizada en los pasados ochentas o noventas, quienes han convertido su obra en un descarado panfleto político, desfasado e incoherente, algo que en su momento Tokeshi supo tratar con mesura, sutileza y altura, pese a la caótica etapa política y social del Perú que le tocó vivir. Edurado Tokeshi tiene orígenes japoneses, para ser más precisos: Okinawenses, Pero su identidad y su sentir son peruanos, y así lo ha expresado siempre en su obra desde hace varios años, sus memorables instalaciones han sido buena prueba de ello. Actualmente su trabajo se enfoca más en lo personal y lo introspectivo.
Para
esta reciente propuesta, el artista apela a la memoria y a su propio universo
onírico y en esta muestra se visualiza a sí mismo bajo la figura de un “pequeño
Hokusai”, “Alter Ego” infantil de
Tokeshi, quien evoca al ilustre dibujante y grabador japonés, Katsushika
Hokusai (Tokio, 1760- 1849), más conocido como Hokusai, cuyo trabajo fue muy
importante al igual que su estilo y que décadas posteriores influyera en la
obra de pintores occidentales impresionistas
tales como: Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Edgar Degas,
Vincent Van Gogh y Claude Monet, tanto en la estética del dibujo como en la
temática y la composición.
A
pesar de los distintos contextos tanto históricos, geográficos y cronológicos
en los que se han desarrollado artísticamente, sería imposible el no hacer una
analogía entre ambos, dado el evidente “paralelismo” existente entre la producción
artística de Hokusai y la suya. Hokusai quien
además de ser un maestro grabador y dibujante, ilustraba todo tipo de
publicaciones históricas y didácticas, especialmente estampas infantiles,
actividad en común que también ha venido realizando Eduardo Tokeshi, ilustrando
cuentos, algunos ellos: “Lavandería de Fantasmas”(2010) del escritor peruano
José Watanabe, y “Goig”(Edición del año 2005), de los escritores Alfredo Bryce
y Ana M. Dueñas; entre otros trabajos editoriales, compaginándolos con su labor
docente, lo cual hace que el propio artista se identifique con su imagen, motivos
más que suficientes para comprender el “por qué” del título de esta muestra. El propio Eduardo Tokeshi lo ha explicado de esta manera: “ La presencia de Hokusai en esta muestra es muy extraña: tuve un sueño en donde
un Hokusai muy niño jugaba en el borde de un río, en eso se le aparece el
fantasma del viejo poeta matsuo basho, el pequeño Hokusai lo mira sorprendido y
el fantasma de basho le dice imperativamente: debes dibujar....el sueño (en
blanco y negro) acaba ahí y aparece de pronto en la presente muestra...”.
Hoy,
la tendencia actual por parte de los artistas a nivel mundial es el develar
algunos aspectos pasados de su propia vida personal o sueños que
reproducen en su obra. Sin embargo, a mediados del siglo
XX, el pintor surrealista Salvador Dalí (España 1904-1989), basó la mayor parte
de su obra en la teoría del psicoanálisis y la interpretación de los sueños de
Sigmund Freud (Austria, 1856-Inglaterra, 1939) y Carl Jung (Suiza, 1875-1961),
temática que ahora ha inspirado también
al propio Eduardo Tokeshi.
En
algunas series de esta exhibición, Eduardo Tokeshi reconstruye su pasado,
haciendo énfasis en su niñez y adolescencia, y por ende el carácter lúdico de
esta propuesta es más que evidente en los elementos que forman parte en la
composición de su trabajo: rostros y personajes de claros rasgos asiáticos, un mundo
de fauna animada, dibujos basados en cuentos y
fábulas lo cual pone en evidencia en su iconografía. Además elabora íconos con reminiscencias religiosas y
políticas, las cuales conjuga con otras imágenes contextualizándolas dentro de un entorno íntimo e introspectivo,
donde saca a relucir sus gustos, emociones, y
aquellas historias que han formado parte de su propio imaginario y que
le fueron transmitidos generacionalmente.
Tampoco sería de extrañar su interés por aquellas historias provenientes del
país del sol naciente como también, de
fábulas occidentales que han
estado presentes en el imaginario de los niños peruanos y a las que sin duda,
su gusto infantil no ha sido ajeno. En sus lienzos apreciamos su conexión con
la naturaleza y el entorno (otra característica de los dibujos de Hokusai) y su
evidente fascinación por los felinos
(los gatos son elementos recurrente en buena parte de esta muestra). Más allá
de la temática, el Artista complementa su pintura con una paleta llena de
agradables y coloridos contrastes al óleo, el empleo de la tinta china, la precisión en su dibujo- intencionalmente-
de irregulares proporciones. En su dibujo resalta no solo el buen dominio de la
técnica, la precisión además de la creatividad y diversidad cromática que apreciamos
en sus ”cajas retablo” de dibujos superpuestos en capas.
La
sencilléz de su técnica, estilo y su gran
capacidad de síntesis con respecto al mensaje visual de su obra, lo llevan a
centrarse más en la forma y no en el fondo, logrando así, una original estética
surrealista y mágica que en la actualidad viene caracterizando al artista Eduardo Tokeshi, cuyo trabajo aún continúa
conservando la calidad, sigue superado nuestras expectativas, y que aún hacen
prevalecer su importancia dentro de la historia del arte peruano contemporáneo.
ROSA
MARÍA VARGAS R.
Historiadora, Crítica de Arte
y Curadora IndependienteFotografías y diseño: Rosa María Vargas R. © All rights reserved
Nota:
La
exposición continuará abierta al público hasta el 6 de Septiembre en la Galería
“Fórum”, Av. Larco 1150(sótano), distrito de Miraflores-Lima, Perú.